sábado, 8 de mayo de 2010

Ambulancia.

Despues de varios meses de espera, el pasado día 21 de abril conseguimos que nos visitara la ambuancia para conocer mejor su funcionamiento.



Airam y su compañero nos invitaron a entrar en el vehículo para ver cómo era por dentro y todos mecanismos y dispositivos que lleva por dentro. Quizás seamos un poco vergonzosos porque nunca salían voluntarios, siempre nos cogían desprevenidos.



Los primeros “voluntarios” fueron Pablo y Carlos Javier, quienes practicaron como subir y bajar la camilla de la ambulancia, tarea aparentemente fácil, aunque con cierta dificultad. Después de subirla y bajarla varias veces sin ningún peso sobre ella, probaron con un alumno.


Tomaron desprevenida y como voluntaria a Lorena para subirla y bajarla de la ambulancia.


Esta tarea requiere mucha práctica y, sobre todo, mucha coordinación. Las palancas situadas a ambos lados de la camilla sirven para liberar las ruedas del mecanismo que las mantiene fijas, por lo que, se debe controlar estas palancas muy bien, si no, por ejemplo, puedes liberar accidentalmente las ruedas delanteras y hacer que la camilla caiga con el paciente sobre ella. Me toco a mí ser la siguiente voluntaria. Parece ser que las chicas del grupo somos las más valientes. En primer lugar Airam fue quien me puso y quito el collarín para que mis compañeros viesen como debía colocarse. Seguidamente, Cristina y Ainhoa fueron quienes me lo colocaron. Fue una sensación incomodísima porque además de no poder mover el cuello el sol me daba directamente en los ojos.


Tras esto, me pasaron a una tabla de madera con la ayuda de Pablo, Carlos Javier y Derimá, por fin los chicos participaron. Una vez en la tabla de madera me inmovilizaron con unas correas en forma de araña.



Un mal rato que pase cuando comprobaron si efectivamente me encontraba bien sujeta, ya que mecieron la tabla con brusquedad. Gracias a su buen trabajo no caí de la tabla, aunque en ocasiones me dio la sensación de que me escurría entre las correas.



A continuación, nos enseñaron otros recursos presentes en la ambulancia: botellas de oxígeno, cánulas de diversos tamaños para la lengua, etc.

Finalmente, nos dieron una vuelta en el interior de la ambulancia dentro del recinto del centro. Resulta complicadísimo mantenerse de pie dentro de ella, y eso que no superábamos los 20 km/h. No quiero imaginarme a 100 km/h por la autopista y atendiendo a un paciente gravemente herido.


Como último, darle las gracias una vez más a Airam por perder una mañana en mostrarnos como funciona y como es una ambulancia.

1 comentario:

  1. Sí que estuvo bien lo de la ambulancia. Es la primera vez que venía al instituto. A mi también me gustó.

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